jueves, 14 de julio de 2011

¿Se puede hablar bien de México con estos funcionarios "gandallas, corruptos y holgazanes"?

¿CÓMO ES QUE HABLAR MAL DE MÉXICO NOS DAÑA A TODOS?
Por Ernesto Partida Pedroza
Hace unas semanas salió una nota en el portal de yahoo sobre la inauguración del puente más largo del mundo en china de 36.5 kilómetros sobre el mar y se construyó en cuatro años.
Los comentarios que los lectores dejan en el portal tienen un buen sentido del humor, mucha ironía e ingenio, pero al mismo tiempo un profundo desprecio por México y todos los mexicanos.
Aquí algunos comentarios:
“Aquí en México los autos también circulan sobre el agua, cuando se desborda el canal de la compañía en la México-Puebla, que tal?”
“Presumidos, igualito al segundo piso del periférico”
“Hay que aceptarlo nunca seremos así, mientras tengamos políticos corruptos que solo piensan en ellos y no en el pueblo, tristemente tenemos lo que merecemos.”
“Aquí en México con nuestros servidores públicos que no sirven para ni madres nos llevaríamos el record, de construcción, yo digo que como un kilometro por sexenio, además haciendo el plazo más largo cada cambio presidencial, yo digo que tardaríamos como.........ni madres por mas que le busco nunca acabaríamos.......que poca madre que desperdicio de talento.......
En México los que hacen buenos puentes y mucho más largos son los maestros.”
“Aquí en el Distrito Federal los puentes peatonales se caen”
Entre estos comentarios no hay preguntas tales como: ¿Cómo podríamos hacerle los mexicanos para hacer obras de gran magnitud?
Si los chinos pudieron, ¿Por qué los mexicanos no hemos podido?
¿Qué tendríamos que hacer para que pueblo y gobierno hiciéramos lo mismo?
Entre los comentarios hay muchas quejas y cuando estas existen, en el fondo hay mucha irresponsabilidad.
Burlarnos de México y de los mexicanos nos baja la autoestima, destruye nuestro sentido de pertenencia, nuestra identidad, y nuestro orgullo de ser mexicano.
Burlarnos de México y de los mexicanos hace que desconozcamos los grandes valores que tenemos como mexicanos, nos hace sentirnos distantes de nuestra tierra.
Ciertamente hay que reírnos, pero de nuestras propias hazañas, pero si nada nos invita a tener hazañas, ¿de que nos vamos a reír?
Hablar mal de México se ha convertido en el deporte nacional.
Hablar mal de México nos sume en la apatía y mata la esperanza en un mañana mejor.
Hablar mal de México paraliza nuestro pensamiento de construcción.
Toda palabra que sale de nuestra boca es un acto de creación.
Si hablamos mal de México, eso es lo que estamos creando.
Si hablamos bien de México, eso es lo que estamos creando.
No se trata de mentirnos a nosotros mismos, sino de simplemente se trata de de expresar nuestros buenos deseos y tarde o temprano, esos deseos se pueden materializar.
Si a nuestros deseos les ponemos acciones, es muy probable que tengamos con el tiempo determinados resultados.
Si hablamos mal de México, nos abstenemos de actuar y por supuesto que no tendremos los resultados deseados.
Ciertamente hay muchas cosas que están mal, hay políticos que tienen todas las características negativas, a ellos no se trata de juzgarlos por lo que son y hacen, se trata de juzgarlos por lo que podrían ser y hacer.
En estos momento probablemente no tengamos al mejor presidente, pero si todos nos propusiéramos pensar y hablar de lo que podría ser y hacer para servir a México, seguramente le llegarían las grandes ideas que podrían transformar a México.
Por desgracia, la realidad no es así, recibe críticas de todas partes, del PRI, del PRD y se nota la ausencia de un apoyo sólido de su propio partido.
La mayor parte de los medios de comunicación critican ferozmente al presidente. Los empresarios están divididos, unos lo atacan otros lo defienden.
Hay que reconocer que el presidente inicia el sexenio en medios de muchos cuestionamientos por la legitimidad de la elección, básicamente porque el principal contendiente no reconoció la derrota, cuando todas las instituciones lo reconocieron.
Ningún estudio ha podido comprobar en forma contundente quien gano la presidencia.
El candidato perdedor, fiel a su manera de actuar, mandar al diablo a las instituciones, cuando no satisfacen sus deseos inicia un movimiento demandando el recuento de voto por voto y casilla por casilla.
El caso es que el perdedor le empezó a decir “espurio”, “pelele”, “mafioso” y así muchas personas empezaron a repetir lo mismo.
El derrotado se autodeclaró “Presidente legitimo” y tomo posición como tal en el Zócalo.
Otra cosa hubiera sido si este candidato hubiera aprovechado todo el capital político para organizar al pueblo para ayudar a crear las instituciones que verdaderamente ayudaran a incrementar la calidad de vida de los pobres, como supuestamente ha sido su inquietud.
Ese capital político lo dilapidó con el plantón en Reforma y denostando a todas las instituciones y con eso le hizo enorme daño a México.
Una de las principales virtudes de los buenos políticos es la de lograr acuerdos, ni el candidato perdedor ni el ganador han mostrado esa virtud.
Es necesario que otros políticos empuje hacia el logro de acuerdos.
Si no existen estos, habrá que propiciar que los medios empujen hacia ese objetivo, los medios no tienen porque dejarse llevar por la inercia, tienen el potencial de lograr lo que los políticos han sido incapaces.
Otro grupo importante son los empresarios, por desgracia cada uno de estos tres grupos luchan aisladamente por sus intereses personales, pero a nadie conviene luchar todos contra todos.
Urge que surja alguien que tenga la capacidad de conciliar y lograr acuerdos para salir del bache en que nos encontramos.
Si otros países lo han logrado, ¿Por qué los mexicanos no?
Es necesario reconocer algo grave, hablar mal de México es el negocio de uno cuantos, me refiero a los medios de comunicación, para ellos hablar de las buenas noticias no es negocio, “Eso no vende” nos dicen ellos.
Quienes viven de las malas noticas tienen sus clientes bien establecidos.
La idea es ir cambiando poco a poco, no tengo la menor duda de que así como existen los buscadores de las malas noticias, hay miles de personas que están sedientes y hambrientas de las buenas noticias, estas no compran los periódicos porque “saben” que ahí no las van a encontrar.
Hay dos opciones, una es que los viejos medios se vayan transformando poco a poco o la otra que se puedan crear los nuevos que inicien con las buenas noticias que se conviertan en los portadores de las nuevas ideas para generar el progreso de todos los mexicanos.
Urge un nuevo periodismo que pueda ver el otro lado de la moneda.
Que sea capaz de ver las buenas noticias que ocurren a diario en todos los ámbitos.
Diariamente se firman contratos que producen muchos beneficios para miles de mexicanos, se inventan nuevas cosas que facilitan la vida para todos los seres humanos, se crean nuevos empleos que producen el bienestar para muchas familias, hay muchos estudiantes mexicanos que dan muestras de su inteligencia en concursos internacionales.
Muchos de los problemas que tenemos los mexicanos se han resuelto favorablemente en otros países, es indispensable conocerlos para aprender de ellos, de eso es necesario hablar en los medios y quitar para siempre la idea de que en México nunca podremos resolver nuestros problemas.
Creo que los medios pueden y deben reconvertirse y pasar de ser portadores de solo las malas noticias, a ser los portadores de las nuevas ideas para mejorar el mundo en que vivimos.
Estoy seguro que se empezarían a construir las bases para una mejor sociedad.
¿Quién será el valiente que se lance a una nueva aventura?

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