miércoles, 10 de agosto de 2011

TODO LO BUENO Y LO MALO QUE HACEMOS TIENE CONCECUENCIAS

TODO LO BUENO Y LO MALO QUE HACEMOS TIENE CONCECUENCIAS

Por Ernesto Partida Pedroza

Hace unos días se dio a conocer el caso de una jovencita adolecente que se dio cuenta de que fue violada por otros siete adolecentes a través de la filmación que se subió a internet.

La joven acudió a una fiesta y tomo mucho hasta quedar inconsciente, momento en que los jóvenes de aproximadamente 17 años de edad aprovecharon para violarla, no conformes con esto, la filmaron y lo subieron a internet.

La joven se atrevió a hablar, fueron denunciados y hoy están en un tutelar de menores.

Este hecho es un acto criminal que no tiene nombre.

No creo exagerar que la distancia entre estos jóvenes que son capaces de violar a una jovencita estando tomada, y entre los otros jóvenes que se atreven a decapitar a otras personas.

¿Cuál es la responsabilidad de cada uno de los actores en este hecho?

¿Cuáles son las consecuencias para cada uno de ellos?

¿Qué enseñanzas nos brinda esta amarga experiencia de la joven?

¿Cuál es la responsabilidad de nuestros gobernantes ante esta situación?

Por supuesto que las autoridades policiacas nada tuvieron que ver, ni tampoco nuestros máximos gobernantes.

Todos estos no personajes no pudieron evitarlo.

Los que son afectados directamente son quienes tienen la primera responsabilidad.

La responsabilidad directa recae en los padres de familia, estos son los que no se atreven ponerle limites a sus hijos, una gran parte de los padres de familia les tienen miedo a sus propios hijos por la culpa que vienen cargando, es por la ignorancia de todo lo que les puede pasar si no reciben los hijos una educación con los límites razonables.

Tanta responsabilidad tienen los padres de la joven violada como de los padres de los hijos violadores.

Si los padres de cada uno de los jóvenes les hubiera dicho de las consecuencias de cada uno de sus actos en la vida, otra cosa hubiera sido.

El caso no se inicia y termina en la joven, sino tiene una larga secuencia de hechos que afectan a un sector de la sociedad.

Se inicia con la irresponsabilidad de los padre de la joven a que no se le pusieron limites, no se le supo advertir de los peligros, no se le enseño a identificar las zonas de riesgo, la irresponsabilidad dio pie a que los jóvenes a los que tampoco se les pusieron limites aprovecharan la situación para cometer un acto criminal, su inconsciencia los llevo a que filmaran el acto y lo subieran a internet y al llegar a las manos de la joven y eso los llevo seguramente al tutelar de menores.

La afectación no termino con estos jóvenes en el tutelar de menores, sino que afecto a todas las familias de todos los jóvenes y por supuesto que está afectando a muchas familias que saben del caso.

Se dice que los hubiera no existen, cierto, pero ese hubiera es muy útil para todos los padres que tenemos hijos adolecentes y que pueden sufrir las mismas o perores consecuencias.

De hecho, el crimen organizado está integrado esencialmente por jóvenes en su gran mayoría entre jóvenes desde 17 a 21 años de edad.

Necesariamente esos jóvenes para llegar a esa condición tuvieron que tener de chicos un maltrato infantil y una ausencia de límites.

Este es un caso que nos proporciona muchas enseñanzas que deberíamos todos tomar en cuenta y a partir de ahí, tomas decisiones en en todos los ámbitos, en lo familiar, en la educación, en los medios de comunicación y en todas las instituciones de gobierno que tienen que ver con la formación de los jóvenes.

En lo que toca al gobierno, este básicamente toma cartas en el asunto cuando los delincuentes ya están formados, no las toma cuando están en proceso de formación.

Este es un caso que nos debería llevar a todos a la reflexión y a la acción para evitar que se sigan dando este tipo de tragedias.

Hay tanta maldad en México y en el mundo que llegamos a pensar que de nada sirve hacer las cosas buenas porque no tienen consecuencias, falso, todas las acciones positivas también tienen consecuencias positivas, lo que pasa es que las buenas acciones son opacadas por las malas acciones.

Afortunadamente hay millones de padres que si se atrevieron a poner límites en sus hijos que estos saben identificar las zonas de riesgos y se atreven a decir a sus compañeros, “No está bien hacer y no lo voy a hacer”, estos jóvenes no se involucran y en algunas ocasiones llegan a impedir las tragedias, si eso no fuera, todos nuestros hijos e hijas llegaran a nuestras casas cada quien con su tragedia.

Mucho tenemos que aprender de las tragedias ajenas para evitar las nuestras.

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