Los
asesores de los partidos, en materia de propaganda, saben que las
campañas tienen etapas y que en las últimas es cuando se debe “echar
toda la carne al asador” para llamar la atención y ganar la simpatía de
los electores y es cuando entra en el juego lo que se conoce como
propaganda negra. El objetivo de la propaganda negra es desacreditar al
adversario al hacer públicos abusos de poder, acciones de corrupción,
conductas desviadas y demás. Para este propósito los estrategas del
“cuarto de guerra” se abastecen de información confidencial y
comprometedora sobre los adversarios, para exhibirlos negativamente ante
los electores.
Las campañas que están en marcha tendrán una
duración de 60 días y por lo que empezamos a ver y oír en los medios de
comunicación, que transmiten los spots de los diez partidos que se
disputan 300 posiciones en la Cámara de Diputados, el tiempo de la
propaganda negra o se adelantó o esa será la característica de las
campañas, por lo que cabe preguntar:
¿Tienen los partidos alguna propuesta para que el país mejore?; ¿Tienen la creencia de que los ciudadanos son de corta memoria y ya olvidaron los eventos de corrupción que los involucran?; ¿Sus asesores les han dicho que cuando atacan al adversario promueven la reflexión en el elector y éste sospecha de la honestidad del que acusa?, en comunicación este fenómeno se llama “efecto bumerang”.
Para los partidos y sus candidatos la credibilidad y la legitimidad lo es todo, aunque siempre se pueden sustituir con una buena dosis de cinismo, que es lo que domina en muchas de las disputas por el poder, en todos los niveles, de eso nos percatamos cuando detectamos que las trampas para lograr el voto del elector es frecuente, la diferencia es la habilidad de cada quien para ocultar el “truco”, como los magos que en la carpa deben hacer que la mano sea más rápida que la vista.
Una forma de hacerse notar por el elector es la de exhibir a la autoridad gobernante como inepta, esta modalidad se aplica por estos días en México cuando se señala al gobierno federal, en los discursos de los políticos y en la propaganda de los partidos, que los gobernantes son ineptos porque la economía está estancada, la reforma educativa no funciona en algunas entidades, la inseguridad continúa en algunas regiones del país, la pobreza se mantiene como realidad para millones de familias, los gobernantes son corruptos, existen abusos de poder cuando los funcionarios utilizan recursos públicos como patrimonio particular y demás.
Todo esto es cierto y es señalado en algunos spots que se empezaron a divulgar. Todo ello es cierto como lo es que involucran a los partidos más importantes, porque todos son gobierno en alguno de sus tres niveles. Esto es lo que imprime la característica de desconfianza a la propaganda de los partidos y también la del Estado.
Le están diciendo a los ciudadanos verdades a medias, que se convierten en mentiras completas y esto lo perciben los electores porque están expuestos, desde hace mucho tiempo, a las grandes corrientes de información que les permite mantener una memoria, construir un criterio y tomar posición frente a la forma de actuar de los gobernantes y los aspirantes a gobernar.
En el PAN diseñaron un spot titulado “Los relojes de Camacho” en el que insinúan que los relojes de Cesar Camacho, dirigente del PRI, tienen procedencia ilícita, se originan en actos de corrupción. Exhiben su imagen y preguntan a un ciudadano que camina en la calle su opinión sobre los relojes de costo millonario del dirigente del PRI. La opinión es devastadora y expresada en lenguaje vulgar “Es una chingadera.
¿Tienen los partidos alguna propuesta para que el país mejore?; ¿Tienen la creencia de que los ciudadanos son de corta memoria y ya olvidaron los eventos de corrupción que los involucran?; ¿Sus asesores les han dicho que cuando atacan al adversario promueven la reflexión en el elector y éste sospecha de la honestidad del que acusa?, en comunicación este fenómeno se llama “efecto bumerang”.
Para los partidos y sus candidatos la credibilidad y la legitimidad lo es todo, aunque siempre se pueden sustituir con una buena dosis de cinismo, que es lo que domina en muchas de las disputas por el poder, en todos los niveles, de eso nos percatamos cuando detectamos que las trampas para lograr el voto del elector es frecuente, la diferencia es la habilidad de cada quien para ocultar el “truco”, como los magos que en la carpa deben hacer que la mano sea más rápida que la vista.
Una forma de hacerse notar por el elector es la de exhibir a la autoridad gobernante como inepta, esta modalidad se aplica por estos días en México cuando se señala al gobierno federal, en los discursos de los políticos y en la propaganda de los partidos, que los gobernantes son ineptos porque la economía está estancada, la reforma educativa no funciona en algunas entidades, la inseguridad continúa en algunas regiones del país, la pobreza se mantiene como realidad para millones de familias, los gobernantes son corruptos, existen abusos de poder cuando los funcionarios utilizan recursos públicos como patrimonio particular y demás.
Todo esto es cierto y es señalado en algunos spots que se empezaron a divulgar. Todo ello es cierto como lo es que involucran a los partidos más importantes, porque todos son gobierno en alguno de sus tres niveles. Esto es lo que imprime la característica de desconfianza a la propaganda de los partidos y también la del Estado.
Le están diciendo a los ciudadanos verdades a medias, que se convierten en mentiras completas y esto lo perciben los electores porque están expuestos, desde hace mucho tiempo, a las grandes corrientes de información que les permite mantener una memoria, construir un criterio y tomar posición frente a la forma de actuar de los gobernantes y los aspirantes a gobernar.
En el PAN diseñaron un spot titulado “Los relojes de Camacho” en el que insinúan que los relojes de Cesar Camacho, dirigente del PRI, tienen procedencia ilícita, se originan en actos de corrupción. Exhiben su imagen y preguntan a un ciudadano que camina en la calle su opinión sobre los relojes de costo millonario del dirigente del PRI. La opinión es devastadora y expresada en lenguaje vulgar “Es una chingadera.
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