Por Francisco Velasco
Carlos Ahumada presenta su verdad y algunos de los fragmentos claves del libro Derecho de réplica. Revelaciones de la más grande pantalla política en México, de Carlos Ahumada, que se reproducen con autorización de la editorial Grijalbo.
Sobre los candidatos que apoyó
los aspirantes me iban a pedir dinero, como hasta donde supe lo hacían con quien se dejara para hacer una campaña y tratar de ganar los puestos de elección popular por los que estaban compitiendo. En cuanto al PRD, fueron muchas campañas a jefe delegacional: a Raúl Ojeda las dos veces que compitió para la gubernatura de Tabasco; también al candidato al gobierno de Colima, Jesús Orozco; apoyé por supuesto a Rosario Robles a la presidencia del PRD y la campaña de Lázaro Cárdenas Batel por el gobierno de Michoacán en 2002; apoyé a Higinio Martínez para la presidencia municipal de Texcoco. Ahí fue donde conocí a Horacio Duarte, quien estuvo en repetidas ocasiones en mi oficina. Apoyé la candidatura de Carlos Ímaz a delegado en Tlalpan. Su campaña, al igual que la de Andrés Manuel a jefe de Gobierno del Distrito Federal, había nacido prácticamente muerta y estaba destinada al fracaso rotundo, sin embargo, la promovieron en medio de la confrontación que existía entre el grupo de Rosario Robles y el de Bejarano. También apoyé a Armando Quintero, que estaba compitiendo con Emilio Serrano en la delegación Iztacalco. Lo ayudé con dinero y con cuestiones como las encuestas que mandé hacer con Paco Abundís de Parametría. Yo las pagaba y se las compartía y entregaba a Rosario Robles, Armando Quintero, Carlos Ímaz, a todos ellos y a algunos candidatos del PRD en el Estado de México. Asimismo respaldé las campañas de Leticia Robles en Álvaro Obregón y las de Francisco Martínez Rojo y Fátima Mena en Tláhuac, entre otros.
Sobre los candidatos que apoyó
los aspirantes me iban a pedir dinero, como hasta donde supe lo hacían con quien se dejara para hacer una campaña y tratar de ganar los puestos de elección popular por los que estaban compitiendo. En cuanto al PRD, fueron muchas campañas a jefe delegacional: a Raúl Ojeda las dos veces que compitió para la gubernatura de Tabasco; también al candidato al gobierno de Colima, Jesús Orozco; apoyé por supuesto a Rosario Robles a la presidencia del PRD y la campaña de Lázaro Cárdenas Batel por el gobierno de Michoacán en 2002; apoyé a Higinio Martínez para la presidencia municipal de Texcoco. Ahí fue donde conocí a Horacio Duarte, quien estuvo en repetidas ocasiones en mi oficina. Apoyé la candidatura de Carlos Ímaz a delegado en Tlalpan. Su campaña, al igual que la de Andrés Manuel a jefe de Gobierno del Distrito Federal, había nacido prácticamente muerta y estaba destinada al fracaso rotundo, sin embargo, la promovieron en medio de la confrontación que existía entre el grupo de Rosario Robles y el de Bejarano. También apoyé a Armando Quintero, que estaba compitiendo con Emilio Serrano en la delegación Iztacalco. Lo ayudé con dinero y con cuestiones como las encuestas que mandé hacer con Paco Abundís de Parametría. Yo las pagaba y se las compartía y entregaba a Rosario Robles, Armando Quintero, Carlos Ímaz, a todos ellos y a algunos candidatos del PRD en el Estado de México. Asimismo respaldé las campañas de Leticia Robles en Álvaro Obregón y las de Francisco Martínez Rojo y Fátima Mena en Tláhuac, entre otros.
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