miércoles, 9 de mayo de 2012

LA CORRUPCIÓN ES INCOMBATIBLE

El autor Ernesto Partida Pedroza*

Un tema recurrente en los discursos de los políticos que buscan la presidencia de la república es el discurso contra la corrupción.

Nos ofrecen cárcel para los políticos corruptos, la legislación de leyes aún más severas, etc.

Hacer este tipo de promesas significa echarle gasolina al fuego pretendiendo apagarlo.

Con esto dan a entender que no han entendido en esencia el problema de la corrupción.

Por sus discursos parecen ignorar que la corrupción es lo que le da vida al sistema, es el aceite que echa a andar a toda la maquinaria del estado, es lo cotidiano que sirve para el surgimiento de las nuevas empresas y las nuevas instituciones.

Sin la corrupción nada marcha en este país.

Es la forma en que se relaciona el automovilista y el agente de tránsito; el político con el empresario; el alumno con el maestro.

Combatir la corrupción en esos términos es atacarnos a nosotros mismos.

Significaría meter a la cárcel a medio México porque todos hemos sido parte de una u otra forma de la corrupción.

Es por eso que los discursos incendiarios contra la corrupción se apagan una vez que se empieza a ejercer el poder.

Cuando mucho se mete en cintura a unos cuantos solo para cubrir las apariencias.

¿Cómo definir la corrupción?

Es el mecanismo mediante el cual resolvemos los problemas de manera inadecuada sacrificando los beneficios a futuro.

Un automovilista trae unas copas de vino en su cuerpo, lo detecta el agente de tránsito y el automovilista “resuelve” el problema con una “mordida” y más adelante choca y eso le sale mucho más caro.

El caso de una jovencita que tiene una baja calificación “resuelve” su problema dándole dinero a su “maestro”, sacrifica su futuro para cuando sea una profesionista por no haber hecho las cosas de manera adecuada.

Combatir la corrupción es combatir nuestro modo de vida.

La gran mayoría de la población vivimos en medio de la corrupción, es verdaderamente difícil no entrar en ella porque el sistema lo exige.

Hay tramites en los que no se puede avanzar, a menos de que uno le “entre”.

Por supuesto que esto es una generalización, no estamos hablando en términos absolutos, afortunadamente.

Por supuesto, tanto usted y quien esto escribe somos la excepción.

¿Qué podemos hacer para dejar a un lado la corrupción?

Lo ideal no es combatirla porque eso sería como echarle gasolina al fuego.

Lo ideal es sustituirla por su opuesto.

¿Cómo sería esto?

Para combatir una mentira, simplemente hay que confrontarla con la verdad.

Cuando hay obscuridad no hay que hablar mal de ella, simplemente hay que encender una lámpara para que haya luz.

La pobreza no se combate con despensas, sino mostrando las todas las posibilidades para desarrollar la riqueza.

A los potenciales delincuentes no se les combate con amenazas y balas, sino dándole las oportunidades para alcanzar el pleno desarrollo.

Igualmente la corrupción, no se combate con cárcel perpetua, sino haciendo evidente los beneficios de corto y a largo cuando se actúa adecuadamente.

Es indispensable crear todos los incentivos posibles para actuar de acuerdo a la honestidad y en donde se contemple el beneficio para todos no usando la corrupción.

Todo esto se puede lograr con una educación, pero no como la tenemos ahora, sino con una educación que sea verdaderamente de calidad.

La educación de calidad debe ser el eje motor de todo un plan de gobierno.

Se requiere que el ejecutivo federal esté dotado de una gran imaginación para crear los incentivos y con ello dejar atrás la corrupción, la delincuencia y la pobreza.

Necesitamos crear un proyecto cultural y artístico que le de vida a México y que acompañe a un proyecto de nación y que con ello una a todos los mexicanos para luchar juntos por un México más feliz, más creativo, más próspero y más responsable.

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