La fiesta de Eruviel y sus invitados fue sobre protegida, incluso, con militares, policías federales y todo la policía del estado de México en la región de Toluca, mientras que en Chicoloapan, nadie evitó el tremendo enfrentamiento con consecuencias fatales, cuando las mismas autoridades del gobierno mexiquense sabían del conflicto entre los moto taxistas, por el control del pasaje de las unidades habitacionales de ese lugar.
Por un lado, la responsable de la delegación de la Secretaría de Transporte en la región, Araceli Cruz Montalvo, debió tomar medidas preventivas para evitar que se llegar al límite y se desbordara la violencia entre moto taxistas.
Por otro, se observa que hay fallas en los sistemas de inteligencia del gobierno de Eruviel – responsabilidad que caen en la Subsecretaría de gobierno de Nezahualcóyotl y en la Secretaría de Seguridad Ciudadana- que tienen la obligación de evitar que los grupos sociales se confronten en cualquiera de los conflictos que tienen registrado.
El gobierno del estado de México y Eruviel Ávila Villegas debe de asumir su responsabilidad en este conflicto, sobre todo por la pérdida de una vida humana y lesiones a otros mexiquenses que estuvieron en ambos bandos.
Pero las organizaciones involucradas en el conflicto también tienen su responsabilidad; los moto taxistas de San Vicente Chicoloapan conocidos como los amarillos- por ser protegidos por el gobierno perredista de Rafael Gómez Alvarado-, ya estaban preparados para el enfrentamiento, pues, de acuerdo a la información, ellos llevaban al menos dos armas de fuego, tenía tubos y palos.
Mientras que Antorcha Popular también cayó en la irresponsabilidad de mandar a colonos de Chimalhuacán para apoyar a sus motos taxistas –conocidos como rojos- para reclamar las bases. Ellos también llevaban palos para agredir o sea, sus líderes locales sabían de los riesgos que existían en Chicoloapan.
Ante las fallas de prevención del gobierno del estado de México y de las organizaciones involucradas, el choque fue inminente y en pocos minutos ya había una persona muerta de las filas de Antorcha por impacto de bala. Otro se encuentra sumamente grave por las lesiones.
La reacción de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) a cargo de Salvador Neme Sastré, fue tardía –como siempre- ya que llegaron más de 200 elementos pero cuando ya se había cometido un asesinato en la riña colectiva.
Los funcionarios de primer nivel –Ernesto Nemer, secretario general del gobierno y Salvador Neme, de la SSC- se dieron golpes de pecho y escondieron sus cabezas para no verse involucrados; sin embargo, tienen tanta responsabilidad como los líderes de los moto taxistas de los amarillos y rojos, por caer en la provocación.
Ahora, el escándalo es mayor porque a raíz de la riña colectiva, se desató toda una psicosis en los municipios de La Paz, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl y San Vicente Chicoloapan, donde miles de comercios cerraron y se suspendió el transporte público por la supuesta versión de que llegarían antorchistas a saquear y causar daños, lo que resultó una total mentira.
Pero el rumor corrió como pólvora por toda la zona oriente del estado de México, principalmente alimentados en las redes sociales por usuarios que se llevaron llevar por el pánico y le aumentaron que la Familia Michoacana estaba atacando en las calles.
Eruviel Villegas- luego de dejar de festejar su primer informe-, debe de llamar a cuenta a sus servidores públicos, incluyendo a Ernesto Nemer y Salvador Neme, para que, al menos, den una explicación creíble de sus fallas.
Ahora, será la Procuraduría General de Justicia del Estado de México la que debe de hacer una investigación apegada a derecho para ver quiénes son los responsables de la agresión y el asesinato, pero también establecer porque con cualquier provocación se llega a la violencia en el estado de México, sin que los funcionarios involucrados puedan evitarlo.
El PRD se deslindó de los moto taxistas involucrados en la riña. Estos están afiliados a Movimiento Ciudadano.
La ciudadanía del oriente se quedó con la impresión de que los causantes de los disturbios en Chicoloapan son los de Antorcha Popular y más porque recientemente en el pueblo de Cuautlalpan, municipio de Texcoco, se preveía un enfrentamiento así porque el gobierno del estado de México donó unos terrenos para la reubicación de familias antorchistas.
El senador Alejandro Encinas y el PRD estatal culparon a Antorcha de ser la causante de todo “el terror” que se suscitó con rumores en la zona oriente.
La organización Antorcha Popular culpó a las “mentes perversas” y a la SSC de ser responsables de los rumores infundados.
Y las instituciones públicas como la PGJEM y la SSC no salieron a tiempo para frenar la ola de rumores que se suscitaron la tarde noche en los municipios de Nezahualcóyotl, La Paz y Chimalhuacán, que obligaron a los comerciantes establecidos a cerrar sus cortinas ante “la presencia de antorchistas, perredistas y el crimen organizado cometiendo saqueos y destrozando cristales de vehículos”.
Además, los antorchistas fueron motivos para que Heriberto Oviedo Don Juan, líder de transportistas en Nezahualcóyotl, desclavara “el hacha de guerra” para lanzarse en contra de esa organización priista.
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